Descripción
Esta novela es especial. No importa a quién se la recomendemos: siempre gusta. No sabemos si es lo japonés, que trata de un tema que siempre interesa a los jóvenes (la muerte) o que contagia un optimismo poco común que llena al lector de alegría de vivir. En realidad no nos importa entender el porqué: nos basta con disfrutarla y saber que otros lectores comparten nuestro entusiasmo.
La editorial nos envía la siguiente sinopsis:
“En clase, Yamashita es el gordinflón, Kiyama es tan larguirucho que le llaman «espárrago» y Kawabe, el raro que cada vez que habla de su padre se inventa una profesión distinta. Los tres tienen doce años y una vida normal… hasta que la abuela de Yamashita muere. Entonces experimentan una súbita curiosidad por la muerte: ¿qué pasará después?, ¿qué expresión se le quedará a uno al morir?, ¿existirán los espíritus?
En busca de respuestas, deciden espiar a un anciano que vive cerca del colegio porque han oído comentar a un adulto que morirá pronto. Sólo es cuestión de organizarse para no perderle de vista. Y de que él no se dé cuenta, claro.”